A esta boda le tenemos un gran cariño. Fue todo un reto y una gran experiencia.
Ángel y Carolina tras muchos años juntos buscaban celebrar la boda que siempre habían soñado. Querían que estuviese lleno de gestos y guiños que recordaran los momentos vividos juntos.
Desde un principio la temática de la boda estaba clara, country chic con un toque mexicano.
Lo primero que realizamos fue un símbolo o logotipo de la pareja que lo repetimos en todos los detalles de la boda.
La invitación de los novios, mostraba algunos de estos momentos importantes decorados con un toque de humor.
La ceremonia civil y la celebración se realizaron en una finca propiedad de los novios, en la que tenían muchos recuerdos felices y querían que todos sus invitados pudieran disfrutar del encanto de la finca.
La ceremonia tenía que ser algo especial y elaborada para ellos. Como era lo más importante, debía estar en el lugar idóneo y con la decoración idónea.
Y como no, la celebración, se acomodó a la temática, añadiendo rincones de comida y bebida mexicana y puestos en escena con gran detalle.
El sitting tenía que incluir un regalo para los invitados. Este regalo consistía en una pulsera para las mujeres y un colgante para los hombres, de manera que al ponérselos en la copa de bienvenida, entre bocado y bocado, los invitados descubrían quienes eran los acompañantes de su mesa que estaba nombrada con tribus mejicanas.
Para inmortalizar el evento se realizaron varios photocall. El primero consistía en un escenario con toques mexicanos. Estos novios que eran muy dinámicos y participativos realizaron la puesta a punto del mobiliario. Y el resultado fue sorprendente.
Para las copas se preparó otro photocall donde se podía introducir la cabeza para aparecer con los novios cantando una canción mariachi. Y una serie de elementos de atrezo que le dieron diversión a la noche.
Fue un sueño hecho realidad, para ellos y para nosotras.
Fotos realizadas por Pepi Díaz.